El polémico fundador del servicio web de almacenamiento Kim Dotcom quiere volver al mundo online. Este viernes anunció en su cuenta de Twitter que el nuevo Mega llegará exactamente un año después de su detención y del cierre de Megaupload, el 19 de enero de 2013.
En el "tuit", el informático asegura que el nuevo Mega se lanzará exactamente un año después de su detención. Y añadió que tendrá lugar en una conferencia de prensa en la mansión de Dotcom.
Mega tiene como objetivo primordial el mismo que Megaupload: permitir a los usuarios subir, compartir y descargar archivos. Sin embargo, Kim Dotcom y sus abogados tuvieron que buscar una alternativa para que el servicio no sea de nuevo intervenido y que los archivos no puedan ser bloqueados.
En líneas generales, Dotcom apuesta por llevar los contenidos de Mega a la nube y protegerlos mediante un sistema cifrado, en el que los propietarios serán los únicos responsables de su contenido.
De esa manera, cada usuario utilizará el servicio como un contenedor en el que tendrá sus propias claves y la empresa no podrá saber qué contiene cada cuenta de usuario. Por lo tanto, la compañía no se hace responsable de los archivos que pueda haber en él.
Cuaando Megaupload fue sacado de la red en enero pasado, su jefe fue puesto bajo arresto bajo cargos de piratería y lavado de dinero, sustentados sobre una investigación llevada a cabo por las autoridades estadounidenses.
La defensa del empresario niega que el sitio, con más de 150 millones de usuarios registrados, se prestara para la piratería.
Dotcom se encuentra en libertad bajo fianza y logró que el gobierno de Nueva Zelanda se disculpe por el "espionaje ilegal" de que fue el objeto el empresario. Además, la policía fue acusada de cometer errores durante el operativo en la casa del informático que terminó en la detención.
Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos mantiene la solicitud de extradición en su contra. La audiencia está fijada para marzo del año próximo.
A partir de este proceso, para algunos Kim Dotcom se convirtió en una especie de ícono de un debate sobre si deben prevalecer los derechos a la propiedad intelectual o la libertad de compartir contenidos.